TRIBUS URBANAS

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">Tribus urbanas se reúnen cada fin de semana en las plazoletas de Ciudad Salitre
Floggers, skinhead, 'emos' y hardcore, son algunos de los grupos de jóvenes que se ven en este sector de la ciudad.
Casi uniformados, con pantalones estrechos, zapatillas de colores, camisetas estampadas, gafas de plástico, una maraña de pelo en la cabeza, un par de audífonos y una cámara digital en el bolsillo, un ejército de adolescentes invade cada fin de semana las plazoletas y las alamedas de Ciudad Salitre, en el occidente de Bogotá.

Son parte de una tendencia que se propaga en la ciudad desde hace algunos meses. Se hacen llamar: floggers.
Cualquier ciudadano desprevenido los puede confundir con los 'emos', aquellos jóvenes que también se ven por las calles vestidos con colores oscuros y con el cabello planchado sobre el rostro.

Pero los 'emos' son introvertidos y emocionales, mientras que los floggers son extrovertidos y 'faranduleros'.

Incluso, su afán de protagonismo genera molestias entre algunos otros grupos de jóvenes como los que visten pantalones y chaquetas que les quedan grandes (que son una especie de amalgama entre hardcoreros, skaters y raperos) o entre aquellos que lucen púas de colores en la cabeza.

Miembros de cada uno de estos colectivos de jóvenes, que provienen de todas las localidades de la ciudad, se aglomeran en Ciudad Salitre.

Las plazoletas del centro comercial Gran Estación y de Maloka, son punto de encuentro. Y una romería de jóvenes se ve cada sábado por la alameda de la avenida La Esperanza que conecta estos dos sitios.

En ocasiones hay muestras de hostilidad. Sin embargo, a pesar de contados enfrentamientos, que incluso han llevado a las directivas del centro comercial a reservarse el derecho de admisión, es llamativo encontrar que la mayoría de ellos convive en el mismo espacio.

"Al principio los hardcore estaban contra nosotros. Nos agredían con correas, pero los skinhead los sacaban corriendo si nos molestaban", cuenta uno de 'los Gemelos', un jóven flogger de 18 años, estudiante de mecatrónica y reconocido como uno de los pioneros en Bogotá.

"Nosotros no somos cultura. Nos critican porque dicen que no tenemos personalidad, que somos iguales, pero cada flogger tiene su personalidad", agrega 'el Gemelo'.

A veces, un sábado, entre la muchedumbre que se reúne en la plazoleta de Gran Estación es difícil diferenciar entre floggers, techtonic, ravers, 'emos', hoppers, skaters o hardcoreros.

"Por querer ser diferentes, la mayoría termina siendo igual", dice Claudio, un harcorero que conoce el movimiento desde hace más de 20 años en Bogotá.

Los nuevos grupos de adolescentes resultan ser casi una mutación de diversas tribus, tendencias, subculturas o culturas urbanas.

"Son formas identitarias entre los jovenes, con diversas perspectivas: musicales, políticas, estéticas, culturales o artísticas, o todas a la vez", explica Vladimir Rodríguez, miembro del equipo de Gestores de Convivencia de la Secretaría de Gobierno de Bogotá.

A través de las redes sociales virtuales como Facebook, MySpace, Sónico y otras, estas tendencias entre los jóvenes bogotanos se expanden y se popularizan.

"El fenómeno de las tribus gira en torno a un referente. Pero una subcultura se genera en determinado momento histórico, como fenómeno; y una cultura urbana se constituye como una ideología fuerte que trasciende", añade Vladimir. En Bogotá, la Secretaría de Gobierno ha identificado a 52 diferentes tipos de culturas urbanas.
"Muchos adolescentes quieren adherirse a un grupo determinado, sin importarles el discurso o la 'pinta'. Por eso se ven ahora muchas mezclas. Tanto, que es fácil ver, por ejemplo, a un punkero utilizando tirantas de skinhead", concluye Claudio.
Tomado de: El Tiempo.com
FEBRERO 10-2010